ODIADOS POR EL PUEBLO, TEMIDOS POR EL SENADO, ENVIDIADOS POR EL RESTO DEL EJÉRCITO LEGIONARIO. La actuación de los pretorianos estuvo marcada por el heroísmo y la traición, y su poder creció hasta convertirse en la llave de la política de Roma. Su preparación era inigualable, sus medios ilimitados y su capacidad sin igual. No había soldados más diestros entre las tropas romanas.
Este relato épico nos sumerge en la guardia imperial, los guerreros seleccionados para proteger la integridad del Estado, cuyo destino estaba en sus manos. Siempre preparados para neutralizar cualquier amenaza, quizá salvaron la vida de tantos emperadores como aquellos a los que arrebataron la suya.
En Roma, en la residencia palatina, el soberano del más grande imperio occidental ni siquiera se permite pasear por sus jardines sin ser vigilado. El poder genera ambición por ocuparlo y en la Antigüedad no había mayor poder que el del emperador. Las campañas fronterizas contra los germanos o los partos suponen un peligro adicional. Nunca sus enemigos extranjeros tendrán otra oportunidad como esa para tratar de acabar con su vida. En realidad, no existía un lugar totalmente seguro. Los pretorianos surgieron con una única y difícil misión: proteger su vida y la de su familia estuvieran donde estuvieran.
Estos soldados eran estrictamente seleccionados entre los mejores de todo el imperio y entrenados diariamente para cumplir su cometido. Miles de soldados de élite estaban a las órdenes de la casa imperial, acuartelados en el Castra Preatoria. Los pretorianos surgieron como unidad militar en el año 27 a.C. y se mantuvieron en su puesto hasta el año 312 d.C., más de tres siglos de historia en los que compartieron funciones con los guardias germanos y los jinetes expertos de la guardia real antes de que Constantino dictara su disolución. Ningún soberano fue tan audaz como para presentarse en combate sin tenerlos cerca. Si sus oponentes amenazaban con obtener la victoria, ese era el momento en que actuaban, mientras el resto de soldados contemplaban cómo cambiaban el destino de la batalla hasta destruir a sus enemigos.
Arturo Sánchez, especialista en Historia Antigua y Militar, nos ofrece la primera obra extensa sobre los pretorianos en nuestro idioma. Nos revelará su entrenamiento, tácticas, cuadros de mando y privilegios; su actuación tanto en el frente como en la capital del imperio, no solo como soldados, sino también como verdugos o espías. Se estudiará con detalle el campamento militar más importante de Roma, cuyos muros aún se levantan imponentes tras dos milenios. Todo esto tras una investigación exhaustiva para mostrar, por fin, la completa historia de uno de los cuerpos militares de élite más importantes del mundo, aquellos que controlaron el devenir del imperio.