Surgido al calor de la pequeña burguesía franquista y del aprendizaje de una carrera política frustrada, Florentino Pérez se ha erigido como uno de los máximos exponentes de la oligarquía española. Su imperio, construido sobre dos pilares fundamentales: ACS y Real Madrid —hormigón y fútbol—, conforman un patrimonio valuado en unos 2.000 millones de euros y una empresa con más de 100 filiales en paraísos fiscales que aparece en las tramas de corrupción Gürtel, Púnica, Lezo del PP, tres por ciento de CiU y que ha financiado las fundaciones FAES de Aznar y Pablo Iglesias del PSOE.
Florentino pasó de tomar las riendas de una empresa de construcción en quiebra y ser un empleado de la familia March a controlar autopistas, servicios de dependencia, limpieza e incluso guarderías..., multiplicando su riqueza por más de diez desde que asumió la presidencia del club blanco en el año 2000. Para lograr esto, se ha valido del privilegio que le otorga el palco del Bernabéu y del mundo del deporte como semillero de corrupción y especulación. Ha tejido una intrincada red de relaciones íntimas con periodistas y controla los tiempos mediáticos como pocos, llegando incluso a influir en la elección y destitución de directores de periódicos e incluso a veto de fotografías que no le agradan... Dinero, influencia, manipulación de contratos y concesiones de obras públicas, un gran manto de silencio que lo rodea y movimientos en las instituciones; esta es la biografía (no contada) de uno de los hombres más poderosos del Estado español.