Después de casi dos siglos de ausencia, un valioso códice iluminado vuelve a un monasterio femenino en la cordillera Cantábrica. Conocido como el Beato de San Andrés de Arroyo, este codiciado libro regresa al lugar donde fue custodiado durante seiscientos años. Las autoridades galas finalmente autorizan su regreso al cenobio, lo cual constituye un gran logro para todos los involucrados, ya que el códice es la pieza central de una exposición llena de expectativas.
Sin embargo, las esperanzas se ven truncadas cuando el códice es mutilado la noche antes de la inauguración. Dos páginas son robadas, páginas que contienen un enigmático mapamundi medieval. Este acto desata una carrera contrarreloj para recuperar la obra de arte, la cual resulta ser mucho más de lo que aparenta. Dentro de los trazos que representan ciudades, mares y montañas se oculta un mensaje sobre el fin de los días, un mensaje que nadie parece ser capaz de descifrar, pero que muchos desean conocer.
Miguel, un guardia civil que ha sufrido reveses en su carrera, y Rocío, la hija de un erudito sevillano desaparecido el día antes del robo, deciden unir fuerzas para descifrar el enigma. Adentrándose en los misterios que han dado forma a una de las épocas más fascinantes de la historia, buscarán las pistas que les permitan descubrir quién está detrás del robo. Su determinación los llevará a embarcarse en una aventura donde la desconfianza y las intrigas se entrelazan sin posibilidad de escape. Entre tierras castellanas y andaluzas, la pareja sentirá cada vez más cerca el peligro, que primero es difuso y luego se vuelve concreto y afilado como una navaja.
La historia mezcla a personajes de la alta sociedad, traficantes de arte, monjas, ambiciosos policías, matones y sectas apocalípticas, con los cuales los protagonistas tendrán que lidiar para desvelar la verdad. Un mapa de ochocientos años de antigüedad esconde una verdad oculta que, al ser interpretada, revelará sorprendentes lugares y misterios al lector.