Entre los viñedos, una figura humana. Los brazos caídos, la cabeza cubierta por la capucha de una sudadera. Quiso salir corriendo, pero el miedo atroz corrió más rápido que él y se adentró en su mente, llena de imágenes de su abuelo ensangrentado, y fue incapaz de moverse. Los pequeños pies descalzos, el pantalón de pijama que apenas se sostenía en su lugar debido a lo delgado que estaba, y aquel temblor que hacía castañetear sus dientes mientras la figura se acercaba.
Hugo Betancor, un fotógrafo de prensa viudo y en una situación difícil, llega al pueblo vitivinícola de San Vicente de la Sonsierra para reclamar la herencia de Raúl, su hijo de once años que sufre una enfermedad rara. Desde el momento en que los dos pisan Finca Las Brumas, la bodega de los abuelos del niño, todo comienza a descontrolarse de manera escalofriante.
Veinte años atrás, un hermano menor de la madre de Raúl, sorprendentemente idéntico a él, desapareció sin dejar rastro durante una tormenta. Un suceso que marcó la vida de todo el pueblo, cuyos habitantes no han sido capaces de liberarse del peso de la culpa, de la opresión de la sospecha... y del temor a que aquella desgracia vuelva a repetirse.
A merced de un dios salvaje es un thriller psicológico que se desarrolla en el corazón de La Rioja, una carrera contrarreloj a través de idílicos viñedos y milenarias tradiciones.