En una apacible tarde del 12 de agosto de 1979, los hermanos Nicolás y Hugo, junto con la pequeña Blanca, desaparecen sin dejar rastro en una localidad del Baixo Miño. Aunque los esfuerzos por encontrarlos son intensos, solo consiguen hallar a Blanca al amanecer del día siguiente, dentro de una cesta de mimbre en la orilla opuesta del río. La pequeña no recuerda nada de lo sucedido y los cuerpos de los dos hermanos nunca son encontrados.
Veinticinco años después, el descubrimiento de unos restos óseos en un yacimiento arqueológico sugiere que podrían ser los de los desaparecidos Nicolás y Hugo. A partir de este momento, Blanca y el periodista Lois Lobo comienzan una compleja búsqueda para descubrir qué sucedió realmente, enfrentándose a los engañosos caminos de la memoria y los tabúes de una sociedad hermética, donde la vergüenza y los secretos se ocultan tras una fachada de normalidad.
La trama se desarrolla de manera impactante, cargada de tensión y misterio. El estilo narrativo evocador permite que las imágenes y el relato se fusionen con maestría, iluminando las zonas en sombra de esta intrincada historia. Sin embargo, recordemos que la verdad es escurridiza, y aquellos que se aventuren a perseguirla deberán hacerlo con cautela.