Conocer a Michael Jordan fue como encontrarse cara a cara con un mesías. Era como si estuviera flotando en el aire mientras se acercaba hacia mí. Para un niño de Akron, sin dinero y sin un padre cercano, que necesitaba desesperadamente inspiración, Jordan era el ser supremo. Quería imitar sus tiros, usar los mismos zapatos que él. Y soñaba con que algún día los chicos me miraran con los mismos ojos con los que yo lo admiraba a él.
Aunque LeBron nunca lo admita, aunque para él Air Jordan siempre será lo mejor, una ex estrella de la NBA como Isiah Thomas no tiene dudas: King James the Goat es el más grande de todos. Porque nunca antes hemos tenido a un jugador que combine la dominación en la cancha con todo lo demás como LeBron. En cuanto a su desempeño, las estadísticas no mienten: nadie ha logrado su rendimiento y consistencia en todos los aspectos del juego. Y nadie ha hecho tanto por las comunidades desfavorecidas.
Por todas estas razones, LeBron James es único. El niño abandonado por su padre, criado por una madre de dieciséis años, que pasó su difícil infancia (Vi de todo: drogas, asesinatos; estaba enloquecido) saltando de sofá en sofá y habitación en habitación, hasta que su vida cambió al ser acogido por el entrenador del equipo de fútbol del vecindario.
No solo se ha convertido en el mejor del mundo en su deporte, el baloncesto, un jugador incomparable, el Elegido, sino que también se ha convertido en un hombre comprometido, dispuesto a arriesgar su imagen para luchar contra las injusticias sociales. Aquí se nos cuenta su historia, su fuerza inquebrantable: Un día me dije a mí mismo: si estás tan agotado que ya no sientes tus piernas, sigue corriendo. Y si sientes que te estás muriendo, corre aún más rápido. Estoy seguro de que lo mejor está por venir para él, tanto en la cancha como en la vida.
Davide Chinellato, periodista italiano especializado en deportes y editor jefe de la NBA para La Gazzetta dello Sport, nos trae su primer libro, que se ha convertido en un auténtico éxito de ventas en Italia.