En los círculos activistas, el Green New Deal se ha convertido en una sensación de la noche a la mañana. Pero lo que quizás no se esperaba es que también se está gestando como un movimiento paralelo dentro de la comunidad empresarial global. Este cambio radical está destinado a sacudir los cimientos de la sociedad en los próximos años.
La economía mundial está experimentando una rápida desvinculación de los combustibles fósiles y se está embarcando en una apuesta por las energías renovables, como la solar y la eólica. Estudios recientes han dado la voz de alarma sobre la posibilidad de una burbuja de carbono, producto del abandono de las antiguas energías del siglo XX por las nuevas y más económicas del siglo XXI. Esta burbuja podría estallar en 2028, llevando consigo el colapso de la civilización basada en los combustibles fósiles.
El mercado está enviando señales claras de este cambio, y los gobiernos deberán seguir el ritmo o enfrentar las consecuencias. Aquellos gobiernos que lideren la expansión de una nueva infraestructura verde, libre de emisiones de carbono, y fomenten nuevas oportunidades de negocio y empleo estarán a la vanguardia de esta transformación. Por otro lado, aquellos que no se sumen a este cambio estarán condenados.
La combinación de una burbuja de activos de combustibles fósiles varados y una nueva visión política en clave verde abre la posibilidad de un cambio de paradigma a nivel global, donde la era post-carbono será protagonista. Todo esto con la esperanza de evitar a tiempo un aumento catastrófico de la temperatura del planeta que nos lleve al colapso debido al cambio climático.