¿Acaso sabíais que Akira Kurosawa, el aclamado y admirado director japonés, intentó acabar con su vida tras el fracaso comercial de Dodeskaden? ¿Y qué Martin Sheen sufrió un infarto durante el rodaje de Apocalypse Now, uno de los más infernales que el mundo del cine ha conocido? ¿Sabíais que el principal creador del lenguaje cinematográfico era un ferviente partidario del Ku Klux Klan? ¿Y qué en 1921 Fatty Arbuckle, uno de los cómicos más famosos de su época, fue acusado de asesinar a la joven actriz Virginia Rappe? ¿Y qué la actriz Hedy Lamarr, quien protagonizó el primer desnudo integral en la historia del cine comercial, fue la artífice de la invención que sustenta tecnologías como el WiFi y el Bluetooth en la actualidad? ¿Sabíais que hay quienes sostienen que El resplandor, de Stanley Kubrick, contiene una confesión de que la llegada a la luna fue filmada por el propio director en un estudio?
El cine se cuela entre las rendijas de nuestra alma y se apodera de ella. Es difícil recordar el momento exacto en que nos sedujo para siempre. Quienes somos hoy en día es el resultado de un cúmulo de experiencias, de un sinfín de sueños convertidos en realidades y, a su vez, del caudal inmenso de imágenes y sensaciones que el cine ha grabado de manera indeleble en nuestra memoria. Como asegura José Luis Garci, el cine es una vida de repuesto.