Han pasado veinte años desde que terminó la guerra. Los poderosos augures, antes considerados casi divinidades, fueron derrocados y exterminados durante el conflicto, cuando sus temibles poderes inexplicablemente flaquearon. Aquellos hombres y mujeres que gobernaron bajo su mando, aquellos que recibieron el don, evitaron su misma suerte sometiéndose a los cuatro mandamientos de la rebelión.
Hoy en día, aquellos que poseen el don viven marcados por esas leyes y están obligados a obedecer sin cuestionar. Como estudiante de los iluminados, Davian sufre las consecuencias de una guerra que ocurrió mucho antes de su nacimiento. Más allá de los muros de la academia, es considerado un simple despojo. Tanto él como sus compañeros son prácticamente prisioneros que tratan de aprender a dominar el don. Mientras Davian lucha contra las dificultades de la vida académica, sabe que su caída puede ser devastadora si no pasa los exámenes finales. Pero cuando descubre que es capaz de manejar el poder prohibido de los augures, desencadena una serie de eventos que cambiarán todo.
En el norte, un antiguo enemigo creído extinto se despierta de su letargo. En el oeste, un joven cuyo destino está entrelazado con el de Davian despierta en el bosque, cubierto de sangre y sin tener idea de quién es...