La tercera obra literaria de la renombrada escritora Ana Lena Rivera nos sumerge en una historia ambientada en las fascinantes ciudades de Oviedo y Gijón. En esta ocasión, somos testigos de una nueva investigación llevada a cabo por Gracia San Sebastián, quien ahora colabora estrechamente con la policía de la región.
En pleno mes de diciembre, en la emblemática playa de San Lorenzo de Gijón, un niño tiene un increíble hallazgo: encuentra el brazo amputado de un hombre escondido en el famoso agujero del muro que guarda sus tesoros. Pronto se descubre que el brazo pertenece a Alfredo Santamaría, quien estaba bajo sospecha en la comisaría central de Oviedo por su presunta participación en una estafa piramidal.
Ante esta perturbadora situación, el jefe de la Policía del Principado asigna el caso al comisario Rafael Miralles. Por otro lado, Gracia San Sebastián, una talentosa investigadora de fraudes contratada por la policía para examinar las finanzas de la víctima, se ve inmersa en un complicado entramado de blanqueo de dinero en el que se involucra un poderoso grupo de mafiosos rumanos sin escrúpulos.
Mientras tanto, en su vida personal, Gracia experimenta una relación amorosa en auge junto a Rodrigo, hecho que genera molestias en su exmarido, Jorge, quien viene de visita desde Estados Unidos con el fin de gestionar un ambicioso proyecto empresarial.
En esta emocionante y turbadora narración, Ana Lena Rivera nos sumerge en una trama llena de intriga, peligro y corrupción, donde los protagonistas deberán enfrentarse a oscuros secretos y poderosos enemigos en una lucha por la verdad y la justicia.
El audiolibro Los muertos no saben nadar nos ofrece una duración de 16 horas y 58 minutos de cautivadora narración, en la voz de la talentosa María José Chabrera. Con una puntuación de 4.5 sobre 5, este relato atrapará a los amantes del género y los mantendrá enganchados de principio a fin.