Los ordenadores se han convertido en una presencia omnipresente en nuestra sociedad, dirigiendo el funcionamiento global en todos los campos. Desde los primeros avances de Pascal y su contribución con la Pascalina, hasta Leibnitz y la base binaria, y Babbage junto a Lady Ada Lovelace, quien creó la primera descripción de un programa informático.
La introducción de la tarjeta perforada de Jacquard y la máquina tabuladora de Hollerith allanaron el camino para la llegada de Alan Turing y su máquina Enigma, un avance revolucionario en la criptografía y el ámbito militar. Pero fue con la invención del transistor que se abrió la puerta a una nueva era de la informática.
Los circuitos integrados, los chips y los microchips llevaron al desarrollo de los ordenadores personales, apoderándose de nuestros hogares, lugares de trabajo y tiempo de ocio. Internet se convirtió en una herramienta indispensable en la que todos los medios de comunicación convergen.
La ley de Moore, que establece que el número de transistores en un chip se duplica aproximadamente cada dos años, impulsó la revolución informática a nivel mundial. Este avance constante en el tamaño y poder de los ordenadores ha cambiado radicalmente nuestra forma de vida.
Pero la informática no es la única responsable del desarrollo científico, también debemos tener en cuenta las telecomunicaciones. Desde los primeros sistemas de telecomunicación como el telégrafo óptico, que utilizaba señales visuales en lugar de señales eléctricas, hasta el telégrafo inventado por Joseph Henry y Morse, y el código Morse que revolucionó las comunicaciones.
La llegada de las ondas herzianas, descubiertas por Heinrich Hertz, sentó las bases para el desarrollo de las comunicaciones inalámbricas y la invención del teléfono por parte de Meucci. Los avances tecnológicos permitieron el lanzamiento del satélite Sputnik, dando origen a los satélites de comunicaciones y la televisión.
La telefonía móvil revolucionó aún más las telecomunicaciones, brindándonos nuevas generaciones y opciones de comunicación. La accesibilidad se ha convertido en un aspecto fundamental en este campo, permitiendo que todas las personas puedan disfrutar de los avances tecnológicos.
El futuro de la informática y las telecomunicaciones parece apuntar hacia la nanotecnología, una nueva frontera que promete maravillas y desafíos aún mayores. Estamos viviendo una auténtica revolución que está transformando completamente nuestra forma de vivir y comunicarnos.