Los hombres Dichosos se adentra en un entorno opresivo donde se entrelazan múltiples elementos con una sorprendente destreza. Charlie, nuestro protagonista, regresa a la casa Eilean Aros después de su educación universitaria en busca del tesoro de un antiguo galeón español llamado Espíritu Santo, perteneciente a la Armada Invencible. En Eilean Aros conviven Rorie, un venerable mayordomo, la prima Mary-Ellen, el padre de esta última llamado Gordon Darnaway, los recuerdos de la infancia y, por supuesto, el Mar, una deidad aterradora que inspira un terror reverencial.
En esta historia, la locura y la perfidia caminan de la mano. Se desentierran los componentes más íntimos de un ambiente opresivo que deja su marca inquietante en la posteridad. Es un drama rural que bien podría haber inspirado a John Ford en El hombre Tranquilo o a John Meade Falkner en su excepcional Moonfleet, que en mi opinión es la segunda mejor novela de piratería de todos los tiempos, solo superada por La isla del tesoro.
Robert Louis Stevenson (1850-1894), el autor de esta obra, fue un destacado novelista, poeta y ensayista escocés. Durante su vida, debido a una enfermedad en los pulmones, viajó en busca de climas cálidos. Sus obras se caracterizan por la presencia de una alegoría moral del bien y el mal, lo que da lugar a relatos cargados de misterio y aventura.