Bajar es lo peor relata la historia de tres adolescentes que se adentran en un oscuro submundo de drogas, destrucción y amor en el Buenos Aires de los años noventa. Facundo, un joven hermoso pero atormentado, se prostituye para sobrevivir y teme dormir solo debido a sus pesadillas. Por otro lado, Narval es perseguido por seres oscuros y alucinaciones macabras. Carolina, una chica inestable, completa el trío que se sumerge en las profundidades del vicio y la violencia.
Esta novela, escrita por Mariana Enriquez cuando tenía tan solo veintiún años y publicada en 1995, se convirtió en un libro de culto. Al leer Bajar es lo peor, podemos acceder a los orígenes de la poderosa escritura de Enriquez y descubrir cómo en su debut ya se vislumbran muchas de las obsesiones que caracterizarían su universo literario. Sin embargo, este rescate no es meramente arqueológico, ya que la obra ha resistido el paso del tiempo con fuerza y su lectura revela que no se trata de una novela titubeante. Es una obra vampírica sin vampiros y una novela gótica sin castillos embrujados, impregnada de un malditismo que recuerda a Baudelaire y Rimbaud, y con una banda sonora de rock underground, dark y punk. Es el cruce, como confiesa la autora en el prólogo, entre Mi Idaho privado de Gus Van Sant y Entrevista con el vampiro. Pero por sobre todo, es una historia tenebrosa y fascinante de adolescentes convertidos en ángeles caídos, donde la muerte y la belleza se entrelazan de manera perturbadora.