La primera obra literaria de una talentosa escritora como Eva Díaz Pérez nos presenta un cautivador relato histórico sobre los heterodoxos españoles del siglo XVI. En el ambiente de Sevilla en ese siglo, la Inquisición descubre un núcleo de seguidores erasmistas, una iglesia de protestantes conformada por nobles renombrados y eruditos eclesiásticos de la ciudad, así como por la comunidad de clérigos del famoso y erudito Monasterio de San Isidoro del Campo.
Tres terribles autos de fe impactan a una ciudad mercantil y opulenta, sagrada y profana, dominada por tres procesiones: la del cargamento de plata proveniente de las Indias, la de la exuberancia idolátrica del Corpus y la de los herejes llevados a la hoguera. Mientras arde la maldita semilla, varios monjes huyen hacia Europa reformada, incluidos aquellos clérigos que posteriormente traducirán la famosa Biblia del Oso, la primera versión en castellano de los libros sagrados y obra condenada por la Inquisición. También entre los luteranos, anglicanos y calvinistas, ellos mismos serán perseguidos nuevamente debido a su humanismo heterodoxo, por pensar y atreverse a leer lo prohibido, por seguir el espíritu más nuevo de su época, en una era de intolerancia religiosa.
El prólogo de Félix de Azúa asegura: Solo puedo recordar otra novela biográfica de un personaje español que se le pueda comparar, La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, de Ramón Sender... Todos deberían leer esta novela, no como una ficción de fantasía honesta, sino como la reconstrucción de un personaje fuera de lo común, Casiodoro de Reina, a quien intentaron sumergir en el olvido y que ahora llega ante nosotros completamente vivo, con su Biblia del Oso bajo el brazo, gracias al valiente coraje literario de Eva Díaz Pérez.