¿Qué hacían los cadáveres congelados de dos niños de cuatro años en medio de un bosque nevado? ¿De dónde habían emergido? Y, sobre todo, ¿por qué desaparecieron sin dejar rastro después de que una única testigo afirmara haberlos divisado? Flanagan, ya adulto, se ve sumergido en una situación en la que resolver este enigma se convierte en su única opción para evitar el embargo del bar familiar y poder vislumbrar un futuro en el que pueda estudiar criminología y convertirse en detective privado profesional.
Pero el misterio, que a lo largo del tiempo ha atraído a parapsicólogos, es adornado con toda clase de adjetivos desalentadores: absurdo, imposible, irreal e indescifrable. La investigación lo conduce al opresivo y claustrofóbico ambiente del pueblo de Valldenás en los Pirineos, donde todo el mundo parece esconder algo. Asesinatos, corrupción, engaños, sobornos, persecuciones... De sorpresa en sorpresa y de sobresalto en sobresalto, sin perder nunca el sentido del humor, Flanagan acabará encontrando el hilo conductor que lo llevará a la revelación de una aterradora verdad.