Un audiolibro total: un emocionante thriller con elementos esotéricos, una obra de crítica política descarnada, un retrato familiar desgarrador y una narración existencial sobre el dolor y el amor.
Estamos en el año 2027 y Francia se prepara para unas elecciones presidenciales en las que un famoso presentador de televisión tiene muchas posibilidades de ganar. El hombre poderoso detrás de esa candidatura es Bruno Juge, el actual ministro de Economía y Finanzas, quien cuenta con la asesoría de Paul Raison, protagonista de la novela, un hombre sombrío y descreído.
De repente, empiezan a aparecer vídeos amenazantes en internet, uno de los cuales muestra la decapitación del ministro Juge, acompañados de enigmáticos símbolos geométricos. La violencia pasa del mundo virtual al mundo real: la explosión de un barco en A Coruña, un ataque a un banco de esperma en Dinamarca y un sangriento ataque a un barco de migrantes en las costas de las Islas Pitusas. ¿Quién está detrás de estos actos? ¿Grupos antiglobalización? ¿Fundamentalistas? ¿Quizás satanistas?
Mientras Paul Raison investiga lo que está sucediendo, su matrimonio se desmorona y su padre, un espía jubilado de la DGSI, sufre un derrame cerebral que lo deja paralizado. Este hecho provoca el reencuentro de Paul con sus hermanos: una hermana católica y simpatizante de la ultraderecha casada con un desempleado notario, y un hermano restaurador de tapices casado con una periodista frustrada y de mal carácter. Además, Paul tendrá que enfrentar una crisis personal cuando le diagnostican una enfermedad grave.
Houellebecq orquesta una ambiciosa novela total que abarca muchas facetas: un emocionante thriller con elementos esotéricos, una obra de crítica política, un retrato familiar desgarrador y también una narración íntima y existencial sobre el dolor, la muerte y el amor, que quizás sean lo único que pueda redimirnos y salvarnos.
Una novela provocadora y apocalíptica que, como es habitual en Houellebecq, deslumbrará o escandalizará. Lo que es seguro es que no dejará a nadie indiferente, porque el autor tiene la inusual virtud de sacudir conciencias.