La nueva dictadura impuesta por mi jefe no admite excepciones ni rebeliones. La prohibición más sagrada y temida es la de acercarse a su banana. Parece ser que este individuo está obsesionado con el potasio o algo por el estilo.
Aunque si hablamos con total precisión, debo admitir que cometí el pecado de llevarme dicha fruta a la boca. La mordisqueé e incluso me atreví a tragármela. Sí, soy una chica mala, muy mala. Lamentablemente, esto ocurrió justo en el momento en que él apareció y, créeme o no, ahogarse con la banana de un hombre no es la mejor forma de causar una buena impresión.
Quizás debería retroceder un poco en el tiempo. Antes de cometer tal atrocidad con la fruta de un multimillonario, me asignaron mi primer artículo como periodista de negocios. No era el típico encargo insignificante que solían darme. No iba a entrevistar a un basurero sobre sus rutas preferidas ni a escribir un artículo sobre las tendencias en recogida de excrementos caninos en jardines ajenos. No, nada de eso, pequeña. Esta era mi gran oportunidad para demostrar que no soy un desastre andante, torpe e insegura. Me infiltré en Galleon Enterprises para investigar las sospechas de corrupción. Era algo que podía lograr. Solo tenía que conseguir el puesto de pasante y salir victoriosa en la entrevista con Bruce Chamberson.
Y ahí es donde todo se fue al traste. Aunque, sinceramente, pareciera una estatua salida directamente de las fantasías y deseos de cualquier mujer, con ese algo que hace que algunos hombres cuestionen su propia sexualidad. Pero necesitaba aquel puesto desesperadamente. No podía permitir accidentes, desastres ni torpezas. Solo tenía que mantener la compostura durante menos de una hora. Vamos a avanzar en el tiempo y nos verás en la sala de descanso, con una banana en la mano. Una banana que, literalmente, tenía su nombre escrito en ella con un rotulador negro permanente. Y antes de que pase mucho tiempo, él entró y me pilló con las manos en la banana. Poco después, me contrató.
Penelope Bloom, autora estadounidense bestseller del USA Today, nos trae desde España sus novelas más aclamadas Su banana y Su cereza.
Audiolibro puntado con 4.2 de 5. Duración: 5 horas y 47 minutos.