Violet Deveraux fue la soberana más aclamada de Studio 54 en los vertiginosos años setenta. Su aura de socialité inigualable la convirtió en el ícono querido de la vibrante Nueva York de los ochenta. Posteriormente, su pluma se erigió como un referente literario en la última era del milenio, alcanzando el estatus de escritora de culto. En la actualidad, con tan solo sesenta años, es un auténtico emblema.
Si alguna alma valerosa se atreviese a componer su biografía, habría de hablar de una vertiginosa sucesión de acontecimientos glamorosos, bodas fastuosas, escándalos deslumbrantes, bancarrotas trágicas, divorcios escandalosos y éxitos fulminantes. No obstante, en medio de todas estas vivencias, hay algo que la vida ha borrado de la memoria de todos, incluyendo la suya propia: tuvo tres hijas.
Pero cuando un inesperado accidente obliga a Maggie, Andy y Belle a regresar y cuidar de su madre, antiguas heridas perduran e incluso otras comienzan a sanar lentamente. Secretos ocultos serán desvelados y estas mujeres, quienes creyeron ser tan distintas entre sí como cuatro copos de nieve lo son entre sí, descubrirán que, en su esencia, se asemejan tanto como cuatro gotas de agua cristalina.