Sley, una bioquímica profesional hasta la médula, no entra en pánico cuando descubre que el amor de su vida, Timothée Calascione, ha regresado y ahora trabaja en su laboratorio. Sin embargo, algo ha cambiado en él. Ahora es borde, distante y frío, lo que contradice a alguien que ha pasado página en su vida. Sley recuerda las palabras que la obligaron a alejarse de él, pero Timothée sigue protegiéndola. No comprende por qué. Pero Sley no sabe hacer otra cosa que investigar a fondo, y esta situación no será una excepción.
Resumen en audio ahora, andrajosa bioquímica traicionera, o te disecciono, ordenó Dásya. Obedecí porque quería preservar la vida.
¡Madre mía! Vas a convertirte en una científica famosa, estoy segura, concluyó Bloom.
Como la Melindren Cohen esa, escribió Vívica.
Mildred Cohn, escribí mientras mis hombros se movían de risa.
Eso he dicho, respondió Vívica.
Nos alegramos mucho de que haya ido tan bien, Sley, pero esta es una amenaza formal: si vuelves a desaparecer tanto tiempo teniéndonos expectantes de noticias, enviaré a mis matones a domicilio, dijo Dásya.
Que vienen siendo unas cabras furiosas, soltó Vívica.
Lo tendré en cuenta, me grabé en audio para que vieran lo que me hacían.
Estas cambian el estado de ánimo de cualquiera y lo mejoran por mil, pensé.
Yo tengo una pregunta, cabras aparte, dijo Bloom.
Desembucha, respondí.
¿Cuándo decís que nos vamos de vacaciones?