Durante los doce años de gobierno de Lucio Aurelio Cómodo en el siglo II d.C., se produce un cambio drástico en la historia de Roma. Cómodo es el último emperador de la dinastía antonina, una época dorada para el Imperio en la que gobernaron líderes brillantes como Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Lucio Vero y Marco Aurelio, padre de Cómodo. Sin embargo, el reinado de Cómodo marca el comienzo de la decadencia según el historiador Edward Gibbon.
La figura de Cómodo contrasta con la de su padre, Marco Aurelio, un estadista ejemplar, emperador destacado y filósofo. Esta diferencia entre ambos personajes resulta sumamente atractiva desde un punto de vista dramático. Además, la novela busca explorar las causas del declive de Roma a través de una narración repleta de pasión y acción, sin perder de vista la precisión histórica.
El autor, Alberto Monterroso, utiliza un estilo ameno y moderno que incluye las técnicas narrativas contemporáneas. De esta manera, busca combinar la enseñanza y el disfrute literario, demostrando que no es necesario sacrificar el rigor histórico para disfrutar de una obra. En definitiva, El amo de Roma busca cumplir con el viejo adagio latino prodesse et delectare, enseñar y deleitar al mismo tiempo.