El brillante historial del marino guipuzcoano Blas de Lezo, quien había derrotado en ocasiones anteriores a los ingleses, debería haber sido una advertencia para ellos. Sin embargo, la superioridad numérica de los ingleses y su confianza en la victoria los llevaron a acuñar una medalla conmemorativa de la toma de Cartagena de Indias antes de la batalla. Un grave error. Este puerto era la llave que abriría a la corona británica el dominio de toda América y la expulsión de los españoles. El ataque, realizado en 1741, encontró una defensa valiente, inteligente y eficaz, que humilló a Inglaterra y prolongó un siglo el poder naval y territorial de España en el Atlántico.
El héroe del Caribe narra con energía y detalle esta hazaña histórica, en la que Fernando, un joven oficial destinado en la plaza y comprometido en la lucha, y Consuelo, a quien su madre quiere casar con alguien a quien no ama, experimentan la pasión, el dolor y la mentira. Estas páginas, que demuestran una vez más la maestría de Juan Pérez-Foncea, el aclamado autor de Los Tercios no se rinden, en la novela histórica, también recogen el enfrentamiento entre el almirante y el envidioso virrey Eslava. A pesar de que esta fue la victoria militar más importante en los cuatro siglos de presencia española en América, Blas de Lezo fue menospreciado por la Corte, y solo recientemente se ha comenzado a reivindicar su memoria a nivel popular. Este libro, bien documentado y ambientado, incluyendo el diario real de Blas de Lezo sobre los hechos, y narrado con creciente emoción, exalta la figura de un gran héroe olvidado de España.
La clarividencia y valentía de Blas de Lezo, manco, tuerto y cojo, con solo seis barcos a su disposición, logró salvar a su país del mayor desembarco conocido hasta entonces, superado solo por el de Normandía doscientos años después.