Si mi intuición tuviera colmillos, hace mucho tiempo habría devorado el mundo. Afortunadamente, las hadas no son de seguirme la corriente, porque a mí las indigestiones me sientan fatal.
Así es como me describo, Lucía la fantástica: impulsiva, impaciente, impertinente, a veces infantil, con frecuencia insolente y siempre rebelde. ¿Qué puedo hacer al respecto? El melodrama me fascina. Soy tremendamente histriónica.
También soy ciega. Desde mi nacimiento. Supongo que por eso tengo un instinto animal que me permite llegar a lugares donde mi vista no alcanza. Mi especialidad son las sensaciones, las palabras y fantasear con mil historias. Por eso soy guionista, y lo soy muy buena. Lo digo yo. Y también lo dice mi jefe.
¿Mis debilidades? Sí, tengo varias, pero sobre todo una: Javi. Con él, mi talento se agudiza, tal vez debido a nuestros duelos dialécticos; y mis deseos se descontrolan, seguramente porque su mera presencia me perturba. Es decir, todas las facetas de Lucía que hay en mi interior se vuelven idiotas. Y eso me vuelve loca. Pero también ha logrado darle una nueva tonalidad a mi mundo. Y eso me encanta.