Jorge, escapado del castillo en el que vive con San Jorge y la Princesa, se encuentra durmiendo sobre una piedra rojiza en el bosque. Sin embargo, al despertar, descubre que en realidad durmió sobre un inmenso dragón rojo. Jorge, haciéndose valer como ahijado de San Jorge, exige al dragón que se vaya, pero este le revela que es el Señor de esas tierras y amigo cercano de San Jorge.
Tras una llamada telefónica entre el dragón y San Jorge, ambos se conocen formalmente. Pasan días juntos en la selva para conocerse más. El dragón intenta explicar a Jorge que San Jorge lo ama tanto que no toleraría que sufriera ningún daño. La relación entre ambos se estrecha y Jorge comienza a tratar al dragón como si fuera su padre, a quien nunca conoció.
La última noche que Jorge pasa en ese enigmático lugar, San Jorge aparece y discute sobre el futuro de Jorge con el Dragón Rojo. Resulta ser un viaje iniciático para guiar el destino de Jorge como sucesor de su padrino.
Finalmente, San Jorge se marcha a través de un ritual. Cuando Jorge despierta, le confiesa al Dragón Rojo sobre su extraño sueño. El dragón le revela que él es el Dragón de los Sueños y que ya lo sabía. Jorge comienza a sospechar que San Jorge no existe, pero Dragón Rojo le asegura que él mismo se convertirá en San Jorge en el futuro, ya que aún no existe. Aclarado el propósito real del viaje, se despiden e invitan a encontrarse en el Mundo de los Sueños.