Del autor de Steve Jobs y otras grandes biografías, todas ellas éxitos internacionales de ventas, nos llega la historia asombrosamente íntima del innovador más fascinante y polémico del mundo, un visionario que ha roto todos los moldes y nos ha llevado a la era de los vehículos eléctricos, la exploración espacial privada y la inteligencia artificial.
Ah, y también es el mismo que compró Twitter.
Cuando Elon Musk era niño en Sudáfrica, sufría constantemente el acoso escolar. En un día fatídico, un grupo de niños lo empujó por unas escaleras de hormigón y lo golpearon hasta que su rostro se hinchó como una pelota. Pasó una semana en el hospital, pero las cicatrices físicas eran insignificantes en comparación con las emocionales, las que su padre, un ingeniero carismático y fantasioso, le había causado. Después de ser dado de alta del hospital, Elon regresó a casa y su padre lo reprendió, gritándole durante una hora, llamándolo idiota y diciéndole que era un inútil.
El impacto psicológico de su padre perduró en Elon. Se convirtió en un joven fuerte pero vulnerable al mismo tiempo, propenso a cambios de humor bruscos, como Jekyll y Hyde. Tenía una gran tolerancia al riesgo, ansias de drama, un épico sentido de misión y una intensidad maníaca, cruel y a veces destructiva.
A principios de 2022, después de un año marcado por el lanzamiento de treinta y un satélites de SpaceX, la venta de un millón de coches de Tesla y su posición como el hombre más rico de la tierra, Musk confesó con arrepentimiento su impulso por provocar el drama. Explicó que necesitaba cambiar su forma de pensar, dejar de estar en modo crisis, como lo había estado durante los últimos catorce años, o incluso toda su vida.
Fue un comentario melancólico, no un propósito de año nuevo. Mientras hacía esta declaración, Musk secretamente estaba comprando acciones de Twitter, el patio de recreo definitivo. A lo largo de los años, cuando se encontraba en momentos difíciles, recordaba el acoso que sufrió en el patio de la escuela. Ahora tenía la oportunidad de poseerlo.
Durante dos años, Walter Isaacson fue la sombra de Musk, asistiendo a sus reuniones, recorriendo juntos sus fábricas y pasando horas entrevistándolo a él, a su familia, amigos, compañeros y adversarios. El resultado es un relato íntimo y revelador, lleno de historias asombrosas, triunfos y perturbaciones, que aborda la pregunta: ¿son los demonios que impulsan a Musk también lo que se necesita para impulsar la innovación y el progreso?